No olvidemos además, que ha comenzado este primero de enero, la segunda década del siglo XXI, la cual tiene una especial significación que convierte al 2011 en un año de vanguardia.
¡Cuántos acontecimientos ocurrieron en la primera década del siglo!
Ahora mismo recuerdo unas palabras del padre Simón Bolívar: “Yo espero mucho del tiempo. Su inmenso vientre contiene más esperanzas que sucesos pasados y los acontecimientos futuros han de ser superiores a los pretéritos”.
¿Y por qué razón me llegó este pensamiento luminoso cuando escribo, pensando en el tiempo pasado, en el presente y en esta nueva década que comienza?
Te pido, compatriota que me lees, que nos fijemos en un detalle: hace doscientos años, comenzando la segunda década del siglo XIX, en Venezuela nacía una Gran Revolución que moriría 20 años más tarde entre los estertores de Santa Marta. Luego, hace cien años, comenzando la segunda década del siglo XX, acababa de morir una Revolución que pretendió restaurar la independencia traicionada. En efecto, la Revolución Restauradora que dirigió Cipriano Castro, fue acuchillada por Juan Vicente Gómez y Venezuela cayó en las garras del Águila Imperial y sus lacayos de la burguesía caraqueña.
Hoy nos sorprende la aurora de la segunda década del siglo XXI, con una Revolución en Marcha: Es la quinta gran Revolución de toda nuestra historia.
La primera fue la Gran Revolución India Aborigen.
La segunda fue la Gran Revolución de Independencia.
La tercera fue la Gran Revolución Federal.
La cuarta fue la Gran Revolución Restauradora.
Y la Quinta es esta que hoy nos arrastra “como a una débil paja”: ¡ La Gran Revolución Bolivariana!
Podríamos decirlo con el “Abajo Cadenas” como factor común de la Línea Estratégica General: cuando llegó 1811, crujían y comenzaban a caer las pesadas y viejas cadenas del coloniaje español; cuando llegó 1911, unas nuevas cadenas estaban ya remachadas sobre la desdichada Venezuela…
¡Y ahora, cuando ha llegado 2011, las viejas y pesadas cadenas del coloniaje yanki allí están, en el suelo, rotas por la Gran Revolución Bolivariana!.
Y esta segunda década tiene que permitirnos echar esas cadenas totalmente del horizonte nacional y además contribuir a que desaparezcan para siempre de toda nuestra América.
Pero como lo debemos saber todas y todos, compatriotas que me leen, está viva y latente la amenaza imperial sobre nuestra amada patria y la quinta columna, lacaya y servil no descansará tratando de producir el derrumbe de Venezuela.
Por ello escribí al comienzo: el 2011 ha comenzado bien intenso, como se dice, en plena batalla.
El pueblo todo, la clase media, la juventud, los estudiantes, los trabajadores, los productores, el sector económico tanto público como privado, los partidos políticos, los distintos niveles del gobierno, las autoridades y miembros de todos los poderes del Estado, todas y todos en fin, debemos hacer un gran esfuerzo para poder leer correctamente y así hacer la mejor interpretación posible de los acontecimientos del día a día, sin dejarnos llevar por arrebatos a veces irracionales.
Un buen ejemplo de esto último lo constituyen las recientes declaraciones del dirigente de la cúpula burguesa agrupada en ese nido de serpientes que llaman Fedecámaras, en relación con el anuncio que hice hace unos días acerca de mi decisión definitiva de no incrementar el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Dijo este señor que detrás de esa decisión “había algo escondido”, que “no se puede confiar para nada en este Gobierno” y cosas por el estilo. Y todo esto después de haber despotricado del Gobierno unos días antes, precisamente cuando se había anunciando un modesto incremento de dicho impuesto. ¡Vaya cuánta irracionalidad!
Afortunadamente son mayoría las mentes y las voces que se sustentan en la razón frente a los acontecimientos. Y así debe seguir siendo en un País que ahora se ha convertido en una escuela y demuestra signos cada vez más claros de una gran madurez política.
¡Tenemos entonces con nosotros al 2011, año de Vanguardia!
Y arrancó vigoroso como los buenos caballos.
Lo recibimos en la Barinas de mis querencias. Y luego, a las pocas horas estábamos en Brasilia. Lula, Dilma, y tantos amigos. Hasta Hillary Clinton andaba muy sonreída y con ganas de conversar sin intermediarios.
Se instaló la Nueva Asamblea , con Fernando Soto Rojas, como Presidente reivindicando su largo camino de Guerrillero, como también lo había hecho la Presidenta de Brasil, nuestra querida Dilma.
Año bueno para celebrar los 200 del inicio de la primera República y de la segunda Gran Revolución Venezolana.
Y para continuar haciendo realidad concreta, espiritual y material, nuestra Quinta Gran Revolución.
¡ La Gran Revolución Bolivariana!
¡Abajo Cadenas!
¡Venceremos!